Archivo Histórico: Documentos

Partido Socialista Popular

Documentos PSP

Unir a los argentinos en un Frente del Pueblo para lograr la liberación nacional

"LOS HERMANOS SEAN UNIDOS PORQUE ESA ES LA LEY PRIMERA, TENGAN UNION VERDADERA EN CUALQUIER TIEMPO QUE SEA PORQUE SI ENTRE ELLOS SE PELEAN LOS DEVORAN LOS DE AFUERA"

Resolución del 11° Congreso Nacional del Partido Socialista Popular

5 y 6 de julio de 1975

Unidad de los argentinos en un Frente del Pueblo para la Liberación Nacional

Nuestro país es dependiente, porque todos los elementos claves de su economía se encuentran en manos de los capitales extranjeros.

Estos capitales, radicados en el país, tienen sus casas centrales fuera de la Argentina, principalmente en los Estados Unidos y en algunos países de Europa. Es decir, que las decisiones sobre la marcha de las partes más importantes de la economía del país se toman en el extranjero. Por esto, el Partido Socialista Popular afirma que somos un país dependiente, ya que su economía, su presente y su futuro y el de sus habitantes, dependen de las decisiones que se toman fuera de Argentina y en contra de los intereses de los argentinos. (1)

Estos capitales extranjeros tienen como socios en la Argentina a los miembros de la oligarquía, que es dueña de grandes extensiones de tierra; tienen comisionistas que favorecen sus negocios y voceros como los desarrollistas del frondizismo-frigerismo. (2)

Los capitales extranjeros llevan sus ganancias fuera del país; por cada' dólar que invierten en Argentina, se llevan por año 5. Es decir, que ponen uno y se llevan 5.

Por eso, nuestro partido sostiene que estos monopolios extranjeros no nos vienen a ayudar sino que vienen a llevarse el producto del esfuerzo de millones de hombres y mujeres argentinos.

Esto fe hacen legalmente, llevándose como ganancias lo que la ley les permite, y en forma ilegal a través del manejo del comercio exterior, de la sobrefacturación de las Importaciones y de la subfacturación de las exportaciones; a través de la banca extranjera radicada en el país, del pago de patentes para fabricar artículos que, en la mayoría de los casos, siempre hemos producido los mismos argentinos, como son por ejemplo los cigarrillos, las camisas, los vaqueros, las gaseosas, etc.

Los intereses de los capitales extranjeros son opuestos a los de las mayorías nacionales, ya que con el dinero que se llevan afuera del país van descapitalizando a la Argentina.

Quienes sufren las mayores consecuencias de este proceso son los sectores de menores ingresos, es decir los trabajadores.

Cada trabajador o cada integrante de la clase media que fuma un cigarrillo, que toma una gaseosa, que viste un vaquero o una camisa, que consume un medicamento o un derivado del petróleo, por citar sólo algunos ejemplos, está contribuyendo a engordar las ganancias de estos monopolios, que para colmo van a parar fuera del país.

Los trabajadores son explotados refinadamente en las empresas de capital extranjero, haciéndolos trabajar jornadas superiores a las 12 horas con el sistema de horas extra, incrementando la producción a través del inhumano sistema del incentivo. Se dice que el trabajador de una empresa extranjera gana más que el trabajador de cualquier otra empresa, pero lo que no se dice es que esto no se debe a un mejor salario sino ala trabajo controlado mediante reloj, en jornadas que -como en los viejos tiempos de la colonia- van de sol a sol.

Los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y del campo y de las empresas auténticamente nacionales son destruidos por la competencia desleal a que los someten las empresas de capital extranjero. Es muy difícil para una fábrica argentina de implementos agrícolas competir con John Deere, monopolio mundial que tiene mayor respaldo tecnológico, financiero y, desgraciadamente, mayor respaldo de los organismo oficiales para el crédito, para no pagan impuestos y en muchos casos para importar máquinas o repuestos con impuestos menores de los que paga la industria nacional.

De igual manera, a los productores agrícolas agrupados en cooperativas les es difícil competir con semilleros como Cargill, Dekalb o Continental, que incluso por ley no pagan réditos.

La pequeña y mediana empresa no tiene posibilidad de desarrollo y crecimiento mientras actúen libremente los capitales extranjeros en el país, ya que ambos intereses son totalmente contrapuestos.

Como conclusión podemos decir que en Argentina existen dos bandos perfectamente definidos: en uno de ellos están los trabajadores y los integrantes de la clase media que viven de su trabajo, los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y del campo, es decir las mayorías nacionales; en el otro están los que no trabajan y viven del trabajo ajeno, es decir, los monopolios extranjeros y la oligarquía. El Partido Socialista Popular levanta las banderas de las mayorías nacionales y considera amigos a todos aquellos que defienden los intereses de ellas; por el contrario, considera enemigos del pueblo a los monopolios extranjeros y a su socia, la oligarquía terrateniente. (3)

Consecuentemente, el Partido Socialista Popular ofrece a los integrantes de las mayorías nacionales (trabajadores, los integrantes de la clase media, pequeños y medianos empresario de la ciudad y del campo) un Programa de Liberación Nacional que nacionalice a los monopolios extranjeros y expropie a su socia, la oligarquía, poniendo las palancas de decisión de la economía en manos argentinas, permitiendo planificar el futuro de Argentina en función de las necesidades de las mayorías nacionales y posibilitando invertir las ganancias, que hoy llevan afuera los monopolios extranjeros, en planes de salud, educación y vivienda, y avanzar así hacia el bienestar y la felicidad del pueblo argentino.

Los intereses de los monopolios y de la oligarquía terrateniente son contrarios a los de las mayorías nacionales, y esto no sólo se demuestra en el terreno puramente económico sino también en el terreno político.

Cada vez que algunos de los representantes de las mayorías nacionales han llegado mediante el voto popular al gobierno de la Nación, tomaron medidas que, en defensa de los intereses del sector que representaban políticamente, lesionaban directa o indirectamente los intereses de los monopolios extranjeros y su socia, la oligarquía terrateniente.

Veamos los ejemplos que en este sentido nos ofrece nuestra historia. La clase media, a través del radicalismo, alcanza en 1916 el poder político de Argentina. Un caudillo netamente popular llega a la presidencia de la Nación: Don Hipólito Yrigoyen.

En defensa de la pequeña y mediana propiedad rural rescata más de ocho millones de hectáreas de manos de la oligarquía; defiende y apoya lo que posteriormente fue YPF, frente a los monopolios ESSO y SHELL; defiende el manejo del transporte ferroviario por manos argentinas.

En defensa de los intereses de los trabajadores concede reivindicaciones tales como la jornada de ocho horas y el descanso semanal. Pero también el gobierno nacional reprime brutalmente cuando los reclamos de los trabajadores entran en contradicción abierta con los intereses de los monopolios y de la oligarquía terrateniente, como ocurrió en el caso de las huelgas de los trabajadores de los frigoríficos, metalúrgicos y rurales.

El gobierno de Yrigoyen choca por un lado con los intereses del los monopolios extranjeros a los cuales no nacionaliza, y choca con los intereses de la oligarquía, pero no la expropia. Acerca de ello dice Raúl Scalabrini Ortiz: "Yrigoyen cometió dos errores políticos. El primero fue el de tener su obra revolucionaria en el umbral del Parlamento y permitir que un Senado que venía desde el mayor oprobio del régimen obstaculizara su obra de gobierno y su empresa de reivindicación nacional. El segundo, fue el de dejar indemne a la oligarquía, dueña de sus tierras, de sus diarios, de sus privilegios. Posiblemente Yrigoyen que tenía profunda confianza en la posibilidad de unir a todos los argentinos en la fortaleza de un solo haz, creyó que bastaba la nobleza de sus propósitos y la generosidad de sus anhelos para disuadirlos alguna vez y hacerlos cejar en su enconada posición. Esos errores políticos engendraron el 6 de setiembre de 1930"

Yrigoyen no comprende el papel de la clase trabajadora en el proceso de emancipación y ésta tampoco comprende lo positivo del gobierno de Yrigoyen frente a los 'gobiernos de la oligarquía. Es así como se desarrolla una lucha frontal entre los integrantes de las mayorías nacionales, de la cuál sacan provecho los monopolios extranjeros y la oligarquía terrateniente, produciendo el golpe que derroca a Yrigoyen el 6 de setiembre de 1930.

Los trabajadores coparticipan del poder político de Argentina con el ascenso de Juan Domingo Perón a la Presidencia de la Nación. Durante su gobierno toma una serie de medidas de tipo nacionalista en el área de la economía y pone en manos del Estado las empresas ferrocarriles, telégrafos y teléfonos. Se crean las flotas fluvial y mercante, se desarrolla Aerolíneas Argentinas, se establece el control del comercio exterior y cambiario, y se nacionalizan los depósitos bancarios, lesionándose los intereses de los monopolios extranjeros y de la oligarquía terrateniente, también se redistribuye la renta nacional asignando una mayor participación en ella a lo trabajadores, con el consiguiente aumento del poder adquisitivo de sus salarios; se sanciona y se pone en práctica una nutrida legislación laboral y previsional en beneficio de los trabajadores de la ciudad y del campo, sin antecedentes en la historia nacional.

Esta política, basada en una redistribución de la renta nacional sin la nacionalización de los monopolios extranjeros ni la expropiación de la oligarquía terrateniente, afecta a los intereses de la clase media y, frente a las reclamaciones que surgen de este sector, el peronismo responde sin tener en cuenta su necesaria participación en el proceso de liberación. Los sectores medios pasan a la oposición abierta y frontal. Su expresión política, la U.C.R., encabeza este proceso.

Los monopolios no nacionalizados y la oligarquía terrateniente no expropiada capitalizan la lucha de los sectores medios contra el gobierno peronista, el cuál, aunque debilitado, sigue representando a la mayoría de los trabajadores.

El 16 de setiembre de 1955, sobre la base de la lucha desarrollada por la oposición, los monopolios extranjeros y la oligarquía derrocan mediante un sangriento golpe de Estado al gobierno del Gral. Perón, que expresaba los intereses de la inmensa mayoría de los trabajadores argentinos.

No se había escuchado la advertencia de Raúl Scalabrini Ortiz: "Mas no olvidemos que la oligarquía está aún viva, indemne en su poderío y sostenida por potencias extranjeras que se caracterizan por la arrogante despreocupación de sus acciones. Que la dolorosa experiencia de Yrigoyen nos sirva para tutelar la línea histórica de grandeza nacional que el general Perón representa. La vida del espíritu y la lozanía del cuerpo nacional de él depende".

LOS ARGENTINOS NO DEBEMOS OLVIDAR TODA ESTA EXPERIENCIA HISTORICA: DEL ENFRENTAMIENTO ENTRE LOS SECTORES - POPULARES, DE LOS SECTORES DEL TRABAJO CON LOS SECTORES MEDIOS, RESULTA UN SOLO GANADOR, QUE NO ES NINGUNO DE ELLOS SINO SUS ENEMIGOS COMUNES DE SIEMPRE: LOS CAPITALES EXTRANJEROS Y SU SOCIA, LA OLlGARQUIA TERRA TENIENTE.

Hoy, frente a la difícil encrucijada que vive el país, debemos comprender que solo la unidad de las grandes mayorías nacionales en un sólido Frente de Pueblo puede garantizar la realización de un Programa de Liberación Nacional.

La división y el enfrentamiento de las mayorías nacionales nos lleva irremediablemente a la derrota frente a los enemigos del pueblo.

La unidad y organización de las mayorías nacionales en un sólido Frente del Pueblo orientado por los trabajadores, constituye la única posibilidad de derrotar a los enemigos del pueblo y terminar con la dependencia.

Para que el triunfo sea irreversible, el Frente del Pueblo debe ser orientado por los trabajadores conscientes de la necesidad de la Liberación Nacional. Las experiencias históricas vividas por los argentinos se caracterizan por no haber sido los trabajadores quienes decidieron en la conducción del proceso económico y político.

Por esta razón, por la no nacionalización de los monopolios extranjeros y la no expropiación de la oligarquía terrateniente, fueron posibles las derrotas populares de lo años 30,55 Y 66.

Los monopolios extranjeros -a través de sus personeros como el frondizismo-frigerisno- y la oligarquía han trabajado permanentemente en contra de la unidad de las mayorías nacionales y han rescatado siempre los elementos negativos del proceso argentino para alimentar los enfrentamientos pasados e impedir la unidad, la cual significaría el arma política apta para la destrucción definitiva.

La ausencia del frondizismo-frigerismo en el nucleamiento la Hora del Pueblo, así como la tarea que paralelamente desarrolló para impedir sus concreción programática, hablan a las claras de como la unidad de las mayorías nacionales es el peor enemigo de los intereses antinacionales y antipopulares.

Bajo un disfraz de "frentistas" ya muy rotoso y agujereado, realizan en forma sistemática la oposición al acercamiento de las clases populares que representan el justicialismo y el radicalismo, tratando así de evitar el instrumento que liquidaría a los monopolios extranjeros y a la oligarquía terrateniente:- fa unidad de las mayorías nacionales. Asimismo, se oponen a una política concertada entre los sectores del trabajo y del empresariado nacional, que concrete un Programa de Liberación Nacional. Son simples comisionistas de los monopolios extranjeros. Por sus fauces ladra el capital foráneo.

También debe rescatarse de nuestro proceso histórico la conclusión de que cada vez que las mayorías nacionales se han unido en la defensa de sus derechos, se lograron importantes triunfos que han hecho avanzar el proceso nacional.

El rechazo a las Invasiones Inglesas, la Independencia política, la integración del ejército liberador, la derrota de la dictadura mercenaria (Onganía, Levingston y Lanusse), son hechos que demuestran la capacidad liberadora del pueblo y que no debemos olvidarla.

La constitución de la Hora del Pueblo, que fue la coincidencia de los partidos políticos representativos de las mayorías nacionales, para terminar con una dictadura mercenaria y rescatar en forma inmediata la soberanía popular, fue un hecho altamente positivo logrado por las luchas que el pueblo venía desarrollando.

Esa coincidencia y la continuidad de las luchas populares permitieron desembocar en una salida electoral donde los argentinos, el 11 de marzo de 1973 con exiliados, y el 23 de setiembre del mismo año en forma libre y sin proscripciones, pudieron elegir a sus propios representantes.

Terminó así una larga noche en la historia de las instituciones de la República. Habrá aún futuras noches que serán más oscuras, pero cada vez más cortas en virtud del grado creciente de organización y conciencia de las mayorías nacionales y, en particular, de los trabajadores.

La convocatoria a la unidad nacional y a la coincidencia de las fuerzas políticas y sociales realizadas por el Gral. Perón, marca un alto nivel de madurez, de asimilación y de superación del pasado, a la vez que señala el único camino posible para derrotar a los enemigos del pueblo y construir, en forma independiente, un futuro mejor para las mayorías nacionales.

El Partido Socialista Popular señala que la única posibilidad para lograr el bienestar y la libertad de las mayorías nacionales y la efectiva independencia nacional, pasa a través de la concreción de un programa de Liberación Nacional que expropie a los monopolios extranjeros y a su socia, la oligarquía terrateniente. Mientras estos intereses no sean liquidados, es imposible brindar en forma irreversible un mayor bienestar para los trabajadores, para la clase media y para los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y del campo.

NO HAY POSIBILIDADES DE CONVIVENCIA CON LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO, PUES SON LOS QUE ORGANIZAN EL DESABASTECIMIENTO, DANDO ORIGEN AL ACAPARAMIENTO Y AL MERCADO NEGRO; SON LOS QUE PLANIFICAN LOS GOLPES DE ESTADO Y MENTRAS ESTOS EXISTAN SERAN LOS ETERNOS CONSPIRADORES CONTRA LOS GOBIERNOS ELEGIDOS POR EL PUEBLO. EL CICLO GOLPE-ELECC/ÓN-GOLPE SEGUIRA REPITlENDOSE HASTA QUE NO SE LIQUIDE DEFINITIVAMENTE A QUIENES MOTIVAN LOS GOLPES DE ESTADO: LOS MONOPOLIOS EXTRANJEROS Y LA OLlGARQUIA TERRETENIENTE.

Para concretar el programa de Liberación Nacional es necesario sumar a todas las fuerzas patrióticas que, por su ubicación social, tienen intereses en común y contrario a los intereses de los enemigos del pueblo.La suerte de la clase media está ligada al poder adquisitivo y de consumo de la clase trabajadora. La clase trabajadora debe comprender, a la luz del proceso nacional, que sus enemigos no son los sectores medios, sino los monopolios extranjeros y su socia, la oligarquía terrateniente.

Sin unidad nacional no habrá Liberación Nacional. Sin Frente del Pueblo no podrá concretarse el Programa de Liberación Nacional que le asegure vivienda, salud, educación para todos.

¿Cómo debemos construir el Frente del Pueblo?

El Frente del Pueblo lo podemos y debemos construir cada argentino integrante de las mayorías nacionales desde la ubicación social y geográfica en que nos encontremos, en la medida en que en cada lugar levantemos las banderas de los intereses inmediatos y futuros del pueblo y vayamos organizando detrás de ella a todos los hombres y mujerea que, teniendo problemas en común, aspiran a solucionarlos para lograr un mayor bienestar. La tarea en los barrios, en las villas de emergencia, en las ciudades y en los pueblos, para construir o equipar un dispensario, para dotar eficientemente un hospital o una escuela; el trabajo en un centro vecinal para asegurar agua potable, servicios cloacales, desagües y luz, para eliminar los basurales y dar seguridad a los vecinos; la labor del vecindario para organizar guarderías infantiles, centros de asistencia materno infantil, centros adecuados para la práctica de deportes y para el sano esparcimiento de los jóvenes y niños, son todas tareas que permiten solucionar necesidades populares y concretas y van unificando a los integrantes de las mayorías nacionales en el trabajo común, en el camino de conformar los primeros núcleos organizados del futuro gran Frente del Pueblo.

Estas tareas afectan a los intereses de los monopolios extranjeros y a su socia, la oligarquía terrateniente, porque a los enemigos del pueblo lo único que les interesa son sus ganancias y no invertir recursos en el bienestar del pueblo. Por eso dichas tareas serán permanentemente trabadas y dificultadas por quienes representan el antipueblo y la antipatria.

El trabajo en las organizaciones sindicales por mejores condiciones de trabajo y regímenes salariales, contribuye a la formación del Frente del Pueblo porque va unificando a los trabajadores a través de sus problemas comunes en organizaciones únicas, cuya fortaleza siempre a constituido y constituye un peligro para los intereses y los enemigos del pueblo.

El trabajo de las organizaciones sindicales, conjuntamente con las organizaciones gremiales de la pequeña y mediana empresa de la ciudad y del campo para formar juntas populares de control de abastecimiento y de precios, para asesorar a los organismos de gobierno, etc., constituyen la gran tarea hacia la cual debemos apuntar para ir logrando, sobre la base de acciones concretas, la unidad de las mayorías nacionales que desemboque, en el futuro y en forma orgánica, en el Frente del Pueblo.

Los vecinos de las localidades del interior del país deben unirse y organizarse férreamente para luchar por la radicación de industrias que procesen sus productos agropecuarios, creando fuentes de trabajo para los pobladores. Deben unirse para mejorar y desarrollar sus escuelas, sus hospitales, sus viviendas y para satisfacer sus necesidades vitales, de higiene y esparcimiento.

De esta manera, al mismo tiempo que se van solucionando problemas reales de los pobladores, se van dando los primeros pasos orgánicos en la conformación del futuro Frente del Pueblo, y se va desarrollando una lucha contra los enemigos del pueblo a quienes no interesan las condiciones de vida de los hombres, mujeres y niños del interior del país, sino el estado de sus planteles de ganado o el de sus empresas.

Los pequeños y medianos productores del campo deben comprender que sus intereses no son los mismos que los de la oligarquía terrateniente, que la crisis agropecuaria la paga siempre el pequeño y mediano productor y que muchas veces estas crisis son provocadas por la misma oligarquía para aumentar su ganancia sobre la base de la destrucción económica de los pequeños y medianos establecimientos. Por eso, los pequeños y medianos productores del campo deben nuclearse en una misma organización a nivel regional y nacional, donde no pueden estar los representantes de la oligarquía terrateniente.

Los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y todo el empresariado nacional deben comprender que su suerte está ligada a las posibilidades de consumo de la clase trabajadora, quien en última instancia es su sostén, y también deben visualizar que sus enemigos son las grandes empresas de los monopolios extranjeros que especulan permanentemente con la liquidación de la pequeña y mediana empresa y de toda empresa nacional, para ampliar así sus ganancias.

Los profesionales universitarios que día a día están pasando a ser trabajadores en relación de dependencia, deben comprender lo que son: trabajadores; por lo tanto, deben ligar sus luchas a las de los trabajadores organizados por mejores condiciones de vida.

La juventud estudiantil deben comprender que su futuro está ligado directamente al futuro de las mayorías nacionales y, por lo tanto, su papel debe ser el de unir diariamente a los jóvenes en la tarea de defender los derechos y las posibilidades educacionales de los hijos de las mayorías nacionales y lograr que los contenidos de los planes de estudios constituyan respuestas concretas a las necesidades populares.

Por ser el futuro de la Patria, la juventud constituye preocupación especial y constante del Partido Socialista Popular. Por ello, el mismo no puede dejar de preocuparse por los núcleos juveniles que han optado por transitar el camino del terrorismo, de la ejecución y de la bomba.

La existencia de esta juventud que mata, ya la que se mata como a perros, no obedece a directivas provenientes del extranjero sino a la acción que en nuestro país desarrollaron y desarrollan los capitales extranjeros y la oligarquía terrateniente, quienes, haciendo el juego a los intereses de la antipatria y del antipueblo, produjeron los golpes de estado de los años 30, 55 Y 66, derrocando a los representantes de los sectores populares, persiguiendo, torturando, encarcelando y matando a quienes defendieron la soberanía popular, los derechos y garantías constitucionales, las instituciones de la República, las conquistas populares, las reivindicaciones de los trabajadores y el patrimonio nacional, son los que enseñaron a la juventud el no respeto a la soberanía popular, el desconocimiento del rol protagónico de las mayorías nacionales y la convicción de que el terrorismo es el único camino positivo para cambiar el estado de cosas del país. En consecuencia, son los capitales extranjeros y la oligarquía terrateniente -que creo el "fraude patriótico" y escribió la década infame (1930-1943)¬ y sus personeros, los responsables directos de la existencia del terror en el país.

Todas las victimas son victimas nuestras, victimas de Argentina, y sus autores no son sólo quienes ponen la bomba o ametrallan sino fundamentalmente quienes se han valido de la bomba y de la metralla para desconocer y ultrajar la soberanía popular.

Rescatar a todo argentino de esta práctica a la que fue arrojado por la acción deformante de los monopolios extranjeros y de la oligarquía terrateniente, ofreciéndole sobrevivir al pueblo en la tarea concreta de dar respuestas a sus necesidades, constituyen un trascendente objetivo, sentido y sincero del Partido Socialista Popular. Difundir la convicción de que el único camino válido reside en la organización de las mayorías nacionales en el Frente del Pueblo y la difusión de un Programa de Liberación Nacional, constituye el objetivo fundamental del Partido Socialista Popular.

Cada argentino integrante de las mayorías nacionales tienen el derecho y el deber de discutir y participar en la elaboración del futuro del pueblo argentino. Por todo ello, el Partido Socialista Popular convoca a la gran unidad nacional del pueblo argentino expresada orgánicamente en un sólido Frente del Pueblo, que posibilite la independencia definitiva de nuestra Patria y haga realidad irreversible el bienestar de los argentinos.

Convocamos a los militantes del peronismo a recoger la última lección que en este sentido dejara el Gral. Perón; los correligionarios de la U.C.R. a continuar bregando por las banderas por las que cayo lrigoyen. Convocamos a cada hombre y mujer de Argentina integrante de las mayorías nacionales a que, en defensa de la causa nacional, desarrollemos las tareas que nos exige la unidad nacional que será la única que nos posibilitará el triunfo definitivo sobre los enemigos del pueblo y la obtención de la libertad y el bienestar para todo el pueblo, así como la concreción definitiva de la independencia nacional.

Patria SI, colonia NO.

Por la patria, TODO.

 

(1) Es imposible planificar la economia del país en beneficio de los trabajadores y de los sectores de la clase media, de la pequeña y mediana empresa de la ciudad y del campo, mientras los resortes básicos de la economia estén en manos de los capitales extranjeros. Veamos la realidad de nuestro pais: ESSO y SHELL en materia petrolera; Ducilo, Grafa y Sudamtex, en materia textil; Astra, Duperial, Ipako, PASA Cía. Química (Bunge y Born), Monsanto, etc., en la rama de química y petroquímica; Schering, Lepetit, Squib, Parke-Davis, Johnson y Johnson, Lederle, Abbott, Promeco, etc., en la rama de los medicamentos; Ford, Fiat, General Motors, IKA, Chrysler, etc., en la rama de automotores; John Deere, Massey Ferguson, Fiat-Someca, etc., en la rama del tractor; ,Good Year , Firestone, Michelin, Pirelli, etc., en la rama de neumáticos; Cía. Argentina de Cemento Portland, subsidiaria de la Lone Star de Estados Unidos; IGGAM, subsidiaria de American Chemical Pigment, Fotalit (fibrocemento) del grupo Argentaria y del First Bank of Boston, en la rama de materiales de construcción; Standard Electric, Westinghouse, Philips, Philco, Sylvania, General Electrc, RCA Victor, A TMA, etc., en la rama de productos eléctricos; Propulsora, Dálmine Siderca, en la rama siderúrgica; Coca-Cola, Pepsi-Cola, Seven Up, Crush, etc., en la rama de gaseosas; Cía. Nobleza de Tabacos S. A. (Jockey Club es propiedad de British American Tobacco) (norteamericana), Massalin y Celasco S. A. (Colorado Philip Morris, etc.) es propiedad de Philip Morris (norteamericana), Piccardo y Cia. Ltda. (LM, 43, Parissienes) es propiedad de Liggete y Myers (norteamericana), Particular S. A. (Particulares) es propiedad de la Reemstma Cigaretten Fabriken (Alemana), también es dueña de imparciales S. A. en la rama de cigarrillos. Hemos puesto estos ejemplos de las principales ramas de la actividad económica argentina, para demostrar que toda actividad central redituable en pesos, en Argentina, está en manos de capitales extranjeros.

(2) Los voceros de los monopolios y de la oligarquia, que en muchos casos son dueños de los medios de difusión de masas (TV, radio, prensa, etc.) afirman que el Estado es un mal administrador y que, por lo tanto, no deben nacionalizarse los monopolios extranjeros. El Estado no es por si mismo ni buen ni mal administrador. Su eficacia depende de la activa participación de todos los argentinos para lograr una correcta administración de los bienes nacionalizados.

Los monopolios extranjeros y su socia, la oligarquía, siempre tienen eficiente administración para robar al máximo el producto del trabajo de los argentinos y las riquezas naturales de nuestra patria. Los defectos de las actuales empresas estatales deben solucionarse con la activa participación popular y no con la transferencia de las mismas a los monopolios extranjeros.

(3) Integran la oligarquía terrateniente los grandes dueños de la tierra como son los Luro, pereyra, Iraola, Alzaga,

Unzué, Anchorena, Guerrero, Leloír, Glaciarena, Santamarina, Duggan, Pereda, Duhau, Herrera Vegas, ZuberbOhler, Martínez de Hoz, Estrugamuo, King Ranch, Cooney, Mendez Beethy, etc ...

 


Centro dedicado al conocimiento, formación y difusión del Pensamiento Socialista.

Dorrego 717, Rosario.
Te. +54 0341 4474931

Visitantes Online

Hay 298 invitados y ningún miembro en línea

Subscribete

Suscríbete a nuestro canal de noticias, eventos y actividades.

Copyright © 2024 Fundación ESTÉVEZ BOERO.

Buscar

+54 341 4474931 Dorrego 717, Rosario, Arg.