Juan B. Justo y Alfredo Palacios, íconos del socialismo argentino.
En estos tiempos de fragilidad institucional y política vale recordar los cincuenta años de la creación del Partido Socialista Popular (PSP), ocurrida el 23 de abril de 1972, y que tuvo como su más destacado dirigente a Guillermo Estévez Boero. Tras muchos años de divisiones, el PSP fue un actor clave para la refundación del actual y único Partido Socialista de la Argentina. Recientemente, un joven historiador, Fernando Manuel Suárez, publicó un libro que reconstruye aquel momento del PSP y sus primeros años de vida al que tituló Un nuevo partido para el viejo socialismo. Feliz rótulo para un suceso que fue literalmente eso porque la mayor contribución que hizo el PSP al socialismo fue rejuvenecerlo ideológicamente y darle una militancia orgánica más relacionada con los distintos actores de la sociedad en la universidad, en los gremios, en los colegios profesionales y en las organizaciones vecinales.
Aquel rejuvenecimiento ideológico se orientó a vincular más estrechamente el ideario socialista con una visión nacional de la política y de la historia, y mayor apego a la tradición latinoamericanista que habían sembrado Alfredo Palacios y Manuel Ugarte. El nuevo partido reunía grupos y sectores socialistas heterogéneos. Vivíamos el regreso a una democracia en tiempos convulsionados y muy incierto futuro. La puesta escénica de aquella jornada inaugural de la que fui el primer orador revelaba el pluralismo ideológico que nos animaba. Ocupando todo el telón de fondo del escenario de la sala una imagen de Alfredo Palacios. En el proscenio, de cara al público y mucho más reducida, pero más cerca de los asistentes Juan B. Justo. A la derecha, Ernesto Guevara y a la izquierda Salvador Allende, entonces presidente de Chile y que mandó un fraternal saludo. Se cantó el Himno Nacional y La Internacional cuya letra la mayoría de los jóvenes ignoraba. Estaban las clásicas banderas rojas, pero había más banderas argentinas. Con el gran entusiasmo juvenil que se vivía contrastaba cierta desconfianza entre quienes formaban la tradición socialista fuertemente arraigada a la tradición de la Casa del Pueblo. De aquel acto participaban Alicia Moreau de Justo, Héctor Polino, Héctor Cavallero, Jorge Selser, Juan Carlos Zabalza, Antonio di Santo, Hermes Binner, Antonio Bonfatti, Mónica Fein, Miguel Lifschitz, Elena Gil, Andrés López Acotto, Raúl Lamberto, Rubén Giustiniani y Ernesto Jaimovich, por citar solo a los que llegaron a tener mayor notoriedad política. Algunos quedaron en el partido, otros se fueron, muchos se reencontraron cuando sobre la base del Partido Socialista Popular y el Partido Socialista Democrático volvió a existir un único Partido Socialista, como antes de 1958.
El PSP desempeñó más adelante un papel capital en la recuperación de la democracia y en la posterior consolidación institucional iniciada en 1983 con el gobierno de Raúl Alfonsín. Y también fue determinante en la concreción de resultados electorales de significativa importancia en la historia política argentina que reverdecieron jornadas que en el pasado llevaron al socialismo a establecer las bases de la justicia social, el derecho del trabajo, del cooperativismo y la educación pública. De su mano volvió a tener representación parlamentaria con votos propios y de sus filas surgieron quienes gobernaron por muchos años la Municipalidad de Rosario y por tres períodos consecutivos la Provincia de Santa Fe. A lo largo de su existencia contribuyó al afianzamiento de la vida democrática en el país, a la defensa de los derechos de los trabajadores e hizo eje de sus políticas, la atención de la salud y de la educación. Desde fuera y a la distancia (abandoné la militancia política partidaria casi treinta años atrás) creo que se cometieron no pocos errores, pero con toda convicción puedo afirmar que en los anales del PSP no se registran hechos por los cuales sus miembros hayan debido avergonzarse.
Imposible no hacer una elogiosa referencia a Estévez Boero, su figura más representativa e influyente, un verdadero ejemplo de conducta política con quien compartí la tribuna inaugural del PSP junto al recordado Andrés López Acotto, en la ya lejana jornada del Salón de Unione e Benevolenza de Buenos Aires.
Carlos Constenla, Cofundador del Partido Socialista Popular. Presidente emérito del Instituto Latinoamericano del Ombudsman (ILO).